Los esposos Catalina Creel y Carlos Larios eran dueños del gigantesco consorcio farmacéutico llamado Lar-Creel. Catalina había hecho creer a todo el mundo que José Carlos su hijo mayor (quien en realidad no es su hijo sino su hijastro, hijo del primer matrimonio de su esposo Carlos), le había arrancado el ojo derecho con un trompo cuando era niño, por lo que andaba con su típico parche cubriendo su ojo derecho. Esto lo hizo para que Carlos tomara preferencia por Alejandro, único hijo de Catalina Creel; asimismo logró destruir así la autoestima de José Carlos, quien a través de los años tropezaría de fracaso en fracaso. Para resguardar su secreto (debajo del parche tenía un ojo intacto), Catalina asesina a varias personas empezando por su esposo, pues éste la descubre un día sin el parche, hecho con el cual se inicia la telenovela. Dispuesto a cambiar su testamento, Carlos Larios es envenenado por su esposa en el primer episodio. El testamento especificaba que las empresas de la familia sólo pasarían a sus hijos, Alejandro y José Carlos, si éstos a su vez engendraban hijos. De esta forma, se buscaba la perpetuidad de la "casta". Por un lado, José Carlos seguía soltero, ya que Catalina se había encargado de destruirle sus romances. Y por desgracia para Alejandro, su esposa Vilma no podía tener hijos. Por ello, Alejandro decide seducir malintencionadamente (con el consentimiento de su esposa Vilma) a una mujer trabajadora llamada Leonora Navarro, para embarazarla y quitarle el niño, presentarlo como suyo y de su esposa, y poder acceder así a la herencia, mientras que Vilma empieza a fingir un embarazo, pensando que Leonora es una mujer dispuesta a vender a su hijo a cambio de dinero. Alejandro instala a Leonora y a su madrina doña Esperanza en un penthouse de propiedad de la familia Larios, donde incluso escenifica un falso matrimonio. Además contrata para el cuidado de Leonora a un médico de nombre Dr. Syndel y una enfermera llamada Rosalía (ambos de dudosa reputación) para que estén a su cuidado durante el embarazo. Catalina Creel, quien en un inicio desconocía de este plan, piensa que su hijo Alejandro tiene una amante. Sin embargo, pronto tomaría conocimiento de la esterilidad de Vilma, por lo que Alejandro se ve obligado a revelarle todo su plan. Debido a que dicho plan estuvo en más de una ocasión a punto de ser descubierto, es ahora Catalina la que decide tomar las riendas del asunto, con una frialdad y cálculo mucho mayor que la que Alejandro posee. Doña Esperanza, la madrina de Leonora, pronto averiguaría la verdad sobre Alejandro y su esposa, pero sufre una embolia que la deja postrada en un estado vegetativo. Alejandro, que estaba dispuesto a dejarla morir, se ve obligado a ayudar a doña Esperanza, debido a la sorpresiva llegada de Leonora. Al acercarse la fecha del parto, Leonora es trasladada a una supuesta clínica de maternidad de propiedad del Dr. Syndel y de la enfermera Rosalía. Doña Esperanza por su parte es abandonada en un asilo para ancianos, sin poder decir la verdad debido a su estado. También Vilma, quien seguía fingiendo su embarazo mediante un cojín debajo de la ropa, es internada en la misma clínica que Leonora, para así fingir un parto. Contra todo lo planeado, ambas se encuentran, y Vilma se da cuenta que Leonora es una mujer enamorada que vive engañada. Al nacer el niño es entregado inmediatamente a Vilma, quien estaba a punto de desistir completamente de todo. Lo que ella ignora es que Catalina ordenó a Syndel asesinar a Leonora. Sin embargo, Leonora ve por la ventana acercarse a la enfermera Rosalía (la encargada de ejecutarla) con un revólver, pero consigue golpearla en la cabeza con un objeto pesado en el momento que ésta entra a la habitación. Con el revólver en mano, Leonora escapa, teniendo incluso que dispararle a unos perros guardianes mientras huía por los jardines de la clínica. Leonora consigue llegar a México, y con sus últimas fuerzas arriba a la casa de su amigo, el Dr. Terán, dónde todos celebraban las vísperas navideñas. Casi al mismo tiempo, Catalina asesina al joyero de la familia, de nombre Escudero, porque la había descubierto en Nueva York sin lucir su típico parche y con un ojo completamente sano. Escudero ya había citado telefónicamente en un estacionamiento a José Carlos para revelarle toda la verdad, de modo que pueda despojarse de sus sentimientos de culpa. Dicha llamada fue interceptada por Catalina quien acude antes que José Carlos a la cita, matando a sangre fría a Escudero. José Carlos es acusado de dicho crimen y arrestado, tomándole casi un año en solucionar sus problemas con la justicia. Más adelante, Catalina también asesina a Reynaldo Gutiérrez, funcionario de las empresas Lar-Creel, quien había descubierto que Catalina sustrajo el veneno que puso fin a la vida de su esposo. Catalina ofrece dinero al Dr. Terán por su silencio, y le revela el lugar donde puede encontrar a doña Esperanza. Así el Dr. Terán al fin puede encargarse de que reciba un tratamiento adecuado. También se ve obligado a internar a Leonora en una clínica psiquiátrica ya que por todo lo ocurrido sufre un colapso nervioso. Un año después Leonora, ya restablecida, decide tomar venganza de Catalina y Alejandro, y recuperar a su hijo. También la salud de doña Esperanza ha mejorado notablemente y pronto dejaría la silla de ruedas. Leonora empezaría ahora a estudiar todos los pasos de la familia Larios/Creel. De esta manera consigue seducir a José Carlos (a quien ella aún consideraba un asesino), quien al fin logró salir en libertad. Al poco tiempo de conocerse Leonora y José Carlos contraen matrimonio. Leonora reaparece sorpresivamente ante "los lobos", como ella ahora los llama, como la esposa de José Carlos, quien para ese momento aún no sabía nada de lo ocurrido. De otra parte, Berta, la secretaria personal de Catalina, descubre que su jefa es la asesina de Escudero y Reynaldo Gutiérrez, al encontrarla con su típica vestimenta que ya la policía conocía (una gabardina, peluca rubia y lentes negros). Como consecuencia Catalina le revela a Berta toda la verdad, incluyendo el secreto de su ojo. Berta, quien desde ese momento recibe diversos favores de Catalina, jura guardar silencio, principalmente por temor de la mujer a quien ahora identifica como una psicópata. Poco a poco Leonora descubre que ama a José Carlos y que es una persona noble muy ajena a las maldades que ocurren a su alrededor. Leonora una vez instalada en la casa de los Larios, convence a José Carlos de tomar parte activa en los negocios de la familia, y empieza a investigar en todo lo posible a Catalina y Alejandro. Especialmente Vilma le tiene aversión porque Leonora aprovecha cada momento posible para estar en compañía de quien realmente es su hijo. Pronto Leonora entraría en contacto con Berta, sospechando que ésta guarda algunos secretos incómodos. Catalina había recluido a la abuela de Berta en la clínica del Dr. Syndel y Rosalía (ahora esposos), la cual ahora funcionaba como una clínica para ancianos. De esta forma, Catalina buscaba extorsionar a Berta y obligarla a guardar silencio. Una vez enterada del lugar donde es recluida su anciana abuela, Berta decide viajar a la clínica del Dr. Syndel y llevarla a un lugar seguro. Pero Syndel se siente atraído por Berta, ante los celos de su ahora esposa Rosalía. Por órdenes de Catalina, Rosalía provoca un incendio en la clínica, a fin de matar a Berta, más aún luego de observar que su esposo la había ultrajado. En el incendio mueren un número indeterminado de personas, incluyendo la abuela de Berta y el Dr. Syndel. No pasaría mucho tiempo hasta que Leonora empiece a seguir la pista de las muertes de Escudero y Gutiérrez, llegando a encontrar a Berta, quien logró escapar del incendio muy malherida, la que le revela todo lo que sabe sobre Catalina, ante el espanto de Leonora y doña Esperanza. Catalina empieza a manipular a sus hijos para que Leonora quede en situaciones incómodas y demostrarle que la guerra continuaba. Por otro lado, agentes de la policía también empiezan a sospechar de Catalina Creel como responsable de los asesinatos, pero les faltan pruebas contundentes para poder llevarla ante la justicia. A lo largo de la trama los agentes policiales van acercándose más a la verdad y Catalina tiene que recurrir a numerosas artimañas para ocultar pistas que pudieran demostrar su culpabilidad. Para tener cómplices, aunque ella lo justifica como "tener aliados", Catalina les dice la verdad a Alejandro y a Vilma, quienes quedan horrorizados ante la verdad detrás del parche. Poco después Catalina descubre la vida de Bertha y su paradero, así que decide asesinarla. Sin embargo Berta se había dejado llevar por el pánico de sus recuerdos y el miedo a "los Lobos" así que decide escapar. La sed de venganza de las nuevas Lobas, que nacieron en ésa cuna llena de sangre, creció. Ambas, Leonora y Berta, gritaban por justicia y decidieron tomar decisiones arriesgadas que les podían costar mucho. Leonora se ve forzada a contarle la verdad a José Carlos pues los Lobos se habían llevado al pequeño Edgar (nombre con el que Vilma bautizó al niño en honor a su padre) a EUA. El amor de ambos llega un punto máximo de tensión cuando la verdad es revelada, y José Carlos termina teniendo una pelea con Alejandro. La sed de verdad de José Carlos, a quien todos siempre le mandan indirectas, se ve saciada con los falsos testimonios de Vilma, Alejandro y Catalina quienes afirman Leonora había vendido el bebe. Sin embargo José Carlos consulta a Leonora al no creer ésas mentiras de su esposa. Leonora se siente ofendida hacia José Carlos por dudar de ella y poder concebir la idea de semejante mounstrosidad. Así Leonora decide irse de la casa Larios con una venganza que estaba dispuesta a terminar.
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