viernes, 11 de noviembre de 2011

Aqui no hay quien viva


Colombia - 2008imagen buena
Cada inquilino de un viejo edificio llamado “Salsipuedes” tiene una historia que contar. Locas aventuras, chismes por doquier, escándalos, vecinos queridos y antipáticos hacen parte de este divertida serie.
En el centro de la ciudad existe un viejo edificio de apartamentos conocido como "Salsipuedes". En su interior conviven, a regañadientes, unos inquilinos muy particulares y con características muy propias, pues es un lugar al que fácilmente se entra pero del que difícilmente se puede salir.
A la edificación acaban de mudarse Carolina MacAllister (Juliana Galvis), una bella, tierna, hija de papi, que siempre está a la moda y su novio Roberto (Fabián Mendoza), un galán bohemio e inmaduro, artista del cómic. La joven pareja busca construir su nido de amor en el apartamento 401, pero las cosas pueden cambiar cuando conocen a sus excéntricos vecinos:
El administrador del edificio es don Juan Preciado, que vive con su familia en el 301. Un modesto profesor de colegio, buena gente y aplomado, que carga con tres cruces a cuestas. La primera, unos vecinos que creen que él no sirve para nada. La segunda, su esposa Yaneth, que siempre manda en la casa y la tercera, sus dos hijos: Sandra Yulieth, una adolescente turbadora, capaz de ponerle los pelos de punta a varones de todas las edades, y Junior, un niño súper dotado de trece años de edad.
El el 302 y el 201 viven una viuda, una separada y una solterona. Mientras secan la ropa al aire en el patio central de la edificación, se dedican por horas a su deporte favorito: meterse en la vida de los demás. Son Magola, la del apartamento 302, Finita y Chavita, las hermanas del 201.
Los demás habitantes del edificio son también una colección de bichos raros. Quizá los más sui-generis son Mauri y Fer, el periodista y el abogado del apartamento 202. Ambos son jóvenes, viriles, guapos, exitosos y naturalmente homosexuales. El primero, declarado abiertamente. El segundo, muerto del pánico de salir del closet.
En el 401 viven Verónica, una aspirante a modelo de costumbres sexuales bastante relajadas, y Luz Amparo, una joven solitaria, pesimista y desafortunada en el amor. Las dos chicas se dedican a la rumba y al trasnocho, y cada primero de mes se ven en problemas, cuando deben pagar el arriendo del apartamento a la implacable Magola, su casera, que las quemaría en la hoguera de la Inquisición si esta historia no sucediera en el siglo XXI.
Y en este collage de inquilinos no podía faltar el portero. Wilson Emilio Delgado es quien se encarga de la portería de "Salsipuedes". Un joven desordenado y medio tonto, quien es el alma del edificio. De todos recibe órdenes y regaños. Todos lo quieren y también lo odian. El hombre comparte con su inaguantable padre la habitación de la Portería.

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