jueves, 24 de noviembre de 2011

Cazando un Millonario



Eva y Felipe se conocen de una manera muy poco convencional: como concursantes de un programa de televisión. Ambos llegan allí por razones similares. Eva acaba de perder todos los ahorros de su familia en manos de su ex novio, a quien le confiaron el dinero para que lo administrara, y él lo malgastó en el juego. Y Felipe, nacido millonario en una familia de la alta sociedad, ha visto disiparse su herencia en la bolsa de valores, encontrándose ahora en una situación económica desesperada.


El lanzamiento de un programa titulado Cazando a un millonario les ofrece la oportunidad de resolver sus problemas de dinero. La mecánica del show presenta a un soltero millonario como futuro marido, quien debe escoger a una de cinco aspirantes para hacerla su esposa. Lo mejor de todo es que, al casarse, la novia recibirá un gran premio de cien mil dólares en efectivo.

A pocos días del estreno, los productores del programa están desesperados porque no encuentran a un candidato rico que esté dispuesto a casarse de esta manera. Es entonces cuando Gustavo, el mejor amigo de Felipe, lo convence de que se presente, ocultando la verdadera situación de sus finanzas. Como todo el país conoce su apellido, jamás imaginarán que ya no es millonario. Gustavo insiste en que, una vez que tenga en sus manos los cien mil dólares de premio, a los cuales tendrá acceso como parte del patrimonio conyugal, podrá invertirlos y comenzar de nuevo. También le aconseja que escoja a la candidata más tonta y manejable, para que le sea fácil convencerla de que le entregue el premio.

Por su parte, Eva está renuente a prestarse para algo así, pero la quiebra de su familia la empuja a ponerse en esa situación desagradable. Aconsejada por su mejor amiga, Eva decide hacerse pasar por una jovencita humilde, dulce y sumisa. Hasta cambia su manera de vestir y de maquillarse, para contrastar con las demás candidatas que aparentan ser tigresas. Así comienza la historia de amor y conflicto que envuelve a los protagonistas en un torbellino de emociones. Felipe escoge a Eva, y el matrimonio se lleva a cabo ante los ojos del país entero. Lo que no se imagina la nueva pareja es que las reglas del concurso exigen que vivan juntos por lo menos un año antes de recibir el dinero del premio. Y durante ese año de convivencia, Eva y Felipe descubren que aunque fue la suerte quien los unió, el amor que comienzan a sentir los mantendrá juntos para siempre... a pesar de los innumerables obstáculos puestos por Valentina, la prometida de Felipe, quien forma un frente común con el ex novio de Eva para destruir la felicidad que a ella y a Felipe les ha llegado por azar.

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